Tengo un montón de espacio para escribirte una canción de cuna desde la infancia de este día. Tengo frío, aunque el calor abrace con su lengua de fuego todos los espacios. Tengo tiempo para llorar porque no podría dibujarte (aunque quisieras) un barco de papel que naufragara en el azul de esta mañana. Tengo la edad del silencio para escribirte un poema en la lejanía de tu aliento, tengo la idea de construir una ciudad en la distancia que hay de mis latidos a tu cuerpo, una ciudad de palpitantes labios que tuvieran la libertad de irse una mañana en que quisieras verlos morir sin tus sueños. Tengo la locura necesaria para hacer nacer un arrecife con la roca que ha quedado de tu ausencia. Tengo el frío de tu invierno en mi interior sembrado. Tengo los restos de la ciudad que has construido con tu voz en mi garganta. Y hasta podrías decir que lo tengo todo, pero no, no estás, no haz arribado aún amor a mi vida... por lo que estoy sola y no tengo absolutamente nada.
N. S. P.
18 julio 2008
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