P R O L O G O

Quiero contarte que desde siempre me he sentido poeta, como parte de mi filosofía de vida. El mundo de las letras, es un mundo mágico que nos permite desplegar alas invisibles y emprender vuelo. A veces hacia nuestro interior, nuestro pasado o algún lugar remoto que aún no habíamos descubierto, trasponiendo enormes distancias en tan solo segundos. En ocasiones anochece siendo de día, otras, un sol inesperado nos ilumina la noche. La música, como una eterna compañera, eleva a la inspiración y las melodías junto con las palabras acarician el alma. Cuando esto sucede, solo me falta mi amado mar para que sea perfecto, contemplándolo o internándome en él logro una armonía única entre mi humanidad y la naturaleza.
Siento que la mejor mirada es aquella que se pierde en el interior de quien tenemos delante, de tal modo, que hasta olvidamos el color de sus ojos.
Por último quiero decirte que envejecer es una decisión del espíritu, por lo que resulta imprescindible no dejar morir a nuestro niño o niña interior.



06 enero 2015

CONJUGANDO

Y de repente, sin pensarlo siquiera, sin proponérmelo, surge en forma espontánea, nostálgica y de algún modo místico, esta conjugación que impone un verbo recurrente.
Entonces, siguiendo un orden no habitual, comienzo por la primer persona singular, luego la tercera del plural para finalizar en la segunda nuevamente singular, aunque esto resulte caprichoso, dado que los tiempos verbales se entremezclan y danzan pausadamente con los pronombres personales, confundiéndose entre sí. Mezclando al azar el presente, el pretérito y el futuro como si se tratase de un todo indivisible y eterno.
Es así que me descubro escuchando mi propia voz, pero dentro de mí, sin que de mi boca emerja ningún sonido. Y como ecos, esos sonidos imperceptibles al oído humano, rebotan y golpean las laceradas partes que componen mi corazón y mi alma.
Entonces el pensamiento se abraza al sentimiento que se apodera, sin pedir permiso, de toda voluntad.
Y cual aquella lejana marioneta, me convierto al unísono en espectadora y en partícipe, desdoblada, introspectiva, ajena al entorno.
Y la película comienza a rodar, quizás no toda ni ordenada, pero sí las escenas mas importantes, las cuales ocuparon el tiempo más valioso.
Conjugo el “yo” y el “extraño” y surge como paradoja del destino, un “Me Extraño”.
Sí, extraño quien era, extraño como me sentía, extraño cuanto escribía, componía y volaba sin límite alguno, tanto en las letras como en las melodías que parecían brotar de un gran caudal inagotable de inspiración.
Me extraño en las risas, en los sueños, en el ansia de acortar siempre las distancias.
Extraño conducir hablando sola, cuando en realidad lo hacía contigo, aunque no ocuparas el asiento a mi lado, extraño esa certeza de que pronto llegaría y estarías allí, esperando con la misma ansiedad.
Me extraño cabalgando con frenesí horas infinitas sobre tu cuerpo que no deseaba otra cosa más que tenerme, abrazarme, acariciarme sin límite alguno. Me extraño superando mis pudores, sabiéndome una mujer amorosamente correspondida.
Me extraño cocinando cenas sorpresas sonriendo a la nada, o queriendo prender en vano velas, como aquella fría y ventosa noche de invierno, en la costanera sur.
Me extraño en las ocurrencias, en las sorpresas constantes que tenían por única finalidad, contemplar el asombro en tu mirada, en tus ojos al descubrirlas.
Me extraño en los juegos de recién conocernos, de descubrirnos como si fuera la primera vez.
Me extraño agotada y somnolienta después del amor.
Me extraño a mí misma cuando éramos vos y yo.

De repente ya no soy “yo”, somos “nosotros”. Y el “me extraño” se reconjuga y pasa a ser “nos extraño”.
Nos extraños juntos, invencibles, apasionados y enamorados. Divertidos y chinchudos, caminando de la mano, cenando frente a frente, manejando en tanto tu mano buscaba mi pierna o mi cuello, en tanto canturreabas aquél, “ … me gustas tú…”.
Nos extraño en las eternas despedidas, aquellas en donde los labios se adormecían de tanto besarnos.
En los encuentros, en los amaneceres desvelados, en las conversaciones que abarcaban un abanico de temas por abordar.
Nos extraño en aquella imagen, vos acostado, yo al pie de la cama guitarra en mano, dedicándote a media voz mi mejor repertorio.
Nos extraño jugando al pool, mirándonos cómplices y pícaros, entendiéndonos sin necesidad de hablar.
Nos extraño fugándonos en un taxi hacia un camino incierto pero juntos, o caminando por primera vez en la playa, aquella noche en donde mi mar completaba el escenario, nada podía ser más perfecto, más intenso.
Nos extraño entrando a todos lados y que los demás nos reconocieran juntos, como un bloque indestructible.
Nos extraño peregrinando por lugares en donde entrábamos saludando.
Nos extraño abriendo la puerta de aquel nido, sintiéndolo un espacio de ambos, un refugio, un volcán, siempre a punto de estallar.
Nos extraño jugando al desconocido y la bailarina que se equivocó y perdió toda la sensualidad tomando por equivocación una escoba.
Nos extraño cuando el amor lo podía todo, lo superaba todo, cuando separarnos definitivamente era impensable e inaceptable, cuando los abrazos eran apretados y las caricias constantes. Cuando las ansias eran mutuas y había solo un camino, el que terminaba reuniéndonos.

Nuevamente el pretérito cambia y ahora el eco repite, “te extraño”…
Te extraño mío, sobre todo mío.
Extraño aquellas miradas, el latir de tu corazón, tus labios, tus palabras, el “mi chiquita”, extraño tus manos, aquellas caricias que me despertaban por las noches, extraño tus pasos al llegar, tus acordes en mi guitarra. Extraño tus llamadas nocturnas, tus ojos asombrados, tus canturreos.
Te extraño, extraño al gitano apasionado, al soñador, al poeta, al niño y al hombre, extraño tus anécdotas, tus proyectos, esos que me contenían.
Te extraño sentado frente a mí deleitado por algo preparado especialmente por mí para vos.
Extraño al hombre que alguna vez me inundó con ternura. Extraño tu ternura.
Extraño al hombre que me hacía sentir protegida, contenida y amada.

Los ecos vuelven a danzar y se van despidiendo de este papel, y el me extraño se abraza con nos extraño y solloza y ríe con el te extraño.
Más rescato una certeza.
Una afirmación contundente que rubrico con mi sangre.
Algo que solo pocos afortunados viven en este finito tramo al que llamamos vida.
Puedo irme de este mundo sabiendo que mi paso no fue en vano, que más allá de todo, del tiempo, los desaciertos, el dolor, la alegría, la tristeza, las ausencias y presencias, las coincidencias y diferencias, más allá de vos, de mí y de todo, pude sentir el verdadero amor.-

EL TIEMPO

EL TIEMPO. IMPLACABLE, TENAZ. CRUENTO E IMPIADOSO. AMO Y DUEÑO DE CADA PRINCIPIO Y DE CADA FIN.
EL TIEMPO, CARCELERO Y VERDUGO; EL QUE TODO DESTRUYE.
Y AL MISMO TIEMPO Y CONSECUENTEMENTE, EL QUE SANA, CURA, EL TEJEDOR POR EXCELENCIA DE MANTOS DE OLVIDO Y DE PIEDAD QUE MITIGAN EL DOLOR DE TODO AQUELLO QUE NECESARIAMENTE DEBEMOS DEJAR ATRÁS PARA SEGUIR ADELANTE-
COMO UNA PARADOJA DEL DESTINO, EL TIEMPO LO TRANSFORMA TODO, HASTA A NOSOTROS MISMOS.
NOS ENFRENTA DIARIAMENTE A LA MÁS PURA Y CRUENTA REALIDAD, DESISTIENDO ENTONCES DE LO QUE YA NO SE ENCUENTRA A NUESTRO ALCANCE, DE LO QUE HEMOS PERDIDO, DE TODO AQUELLO QUE NOS ES DENEGADO, RETACEADO, PRIVADO, DE LO QUE SE HA IDO.
EL TIEMPO TRANSFORMA IMPLACABLEMENTE EN PASADO A TODO PRESENTE.
NO IMPORTANDO CUANTO NOS AFERREMOS A ÉL, CUANTO PATALEEMOS O CUAN DURA SEA NUESTRA RESISTENCIA. EL TIEMPO SIEMPRE VENCE.-
NOS AVASALLA, NOS ATRAVIESA, NOS EMPUJA O DETIENE, NOS ALIENTA O NOS PARALIZA, NOS ELEVA O NOS SUMERGE.
Y AUNQUE MUY DE VEZ EN CUANDO PODAMOS SORTEARLO, RETROCEDER A LUGARES, SITUACIONES, EMOCIONES O SENTIMIENTOS LEJANOS. AUNQUE NOS CREAMOS ARTÍFICES DE NUESTRO DEVENIR, DE UN PLUMAZO SE ENCARGA EN DESPERTARNOS DE ESE LETARGO PROPIO DE LOS SOÑADORES, DE AQUELLOS QUE AÚN CREEMOS EN LA MAGIA, EN EL AMOR, EN LA LEALTAD, DE AQUELLOS QUE HEMOS SIDO INCONDICIONALES, POETAS, ALMAS PASIONALES, INTENSAS, ALMAS ILUSAS Y DESEOSAS DE OTRAS ALMAS GEMELAS QUE LAS ABRACEN POR SIEMPRE.
PERO “PARA SIEMPRE” NO EXISTE, E IRREMEDIABLEMENTE CADA PARA SIEMPRE, SIEMPRE TERMINA, COMO CADA NUNCA MÁS, NUNCA ES CIERTO.
SINRAZONES, CONTRASENTIDOS HUMANOS, EL TIEMPO NOS PROPORCIONA LAS HERRAMIENTAS QUE NOS POSIBILITAN SEGUIR VIVIENDO SIN TODO AQUELLO QUE NOS PARECÍA IMPRESCINDIBLE PARA ESTAR, PARA SER, PARA SEGUIR SIENDO NOSOTROS MISMOS.
NOS ENSEÑA A VALERNOS DE MEDIOS IMPENSADOS, Y DIA POR DÍA, HORA POR HORA, SEGUNDO POR SEGUNDO, HACE INVISIBLE HASTA EL MÁS VAGO VESTIGIO DE TODO AQUELLO QUE NOS CAUSA DOLOR.-
ENTONCES EL TIEMPO, QUIZÁS NOS VUELVE MÁS FRÍOS, MENOS SENSIBLES, NOS ADORMECE LA PIEL, NOS DESACELERA LOS LATIDOS, NOS ACORTA LAS NOCHES Y NOS EXTIENDE LOS DÍAS PARA QUE LAS SOMBRAS NO NOS VUELVAN A ATRAPAR.
EL TIEMPO NOS ENFRENTA A LAS REALIDADES QUE NO QUISIMOS VER, A NUESTRO PROPIO ESPEJO, A NUESTRA INELUDIBLE SOLEDAD, A NUESTRA IMAGEN DETENIDA Y EXPECTANTE.
EL TIEMPO NOS INMORTALIZA O DECIDE QUE PASEMOS A ENGROSAR LAS SOMBRAS MÁS CERRADAS. MÁS OSCURAS.
ES EN SUMA EL TIEMPO, ES DUEÑO Y AMO DE TODO CONTINENTE Y DE TODO CONTENIDO. DE LOS RECUERDOS COMO TAMBIÉN DEL OLVIDO.
DE LA VIDA, DE LOS SUEÑOS, LOS TRIUNFOS, LOS FRACASOS Y DEL DESTINO.-