P R O L O G O

Quiero contarte que desde siempre me he sentido poeta, como parte de mi filosofía de vida. El mundo de las letras, es un mundo mágico que nos permite desplegar alas invisibles y emprender vuelo. A veces hacia nuestro interior, nuestro pasado o algún lugar remoto que aún no habíamos descubierto, trasponiendo enormes distancias en tan solo segundos. En ocasiones anochece siendo de día, otras, un sol inesperado nos ilumina la noche. La música, como una eterna compañera, eleva a la inspiración y las melodías junto con las palabras acarician el alma. Cuando esto sucede, solo me falta mi amado mar para que sea perfecto, contemplándolo o internándome en él logro una armonía única entre mi humanidad y la naturaleza.
Siento que la mejor mirada es aquella que se pierde en el interior de quien tenemos delante, de tal modo, que hasta olvidamos el color de sus ojos.
Por último quiero decirte que envejecer es una decisión del espíritu, por lo que resulta imprescindible no dejar morir a nuestro niño o niña interior.



05 abril 2011

La historia invertida

Sus miradas fueron mucho más allá de todo lo visible, se contemplaron detenidamente, se concentraron en ellos mismos como queriendo captar hasta el más mínimo vestigio de espiritualidad interior, se adentraron el uno en el alma del otro y al hacerlo detuvieron el reloj del universo todo.
Y dentro de esa eternidad sin tiempo se desvaneció por completo el escenario que los rodeaba, desapareció el contexto, las cosas, la gente, todo lo animado e inanimado se esfumó, solo eran él y ella, sólo eran ambos y ni siquiera ellos mismos, los que habían sido, sino una entidad nueva, milagrosa, hasta entonces desconocida.
Como un hecho revelador e inédito descubrieron que se habían fusionado incluso a pesar de ellos mismos, entonces supieron que no volverían a ser jamás quienes fueron. Que los matices, las sensaciones, los sabores, los aromas, los sonidos, en suma el mundo tal y como lo habían concebido había dejado de ser, que desde lo más insignificante a lo más sublime, absoluta y definitivamente todo había cobrado otro sentido.
La magia se impuso, dándole un cariz mucho más intenso a lo que hasta ayer formaba parte de lo cotidiano. Entonces el sol fue más brillante; la luna mucho más mística; las estrellas confines remotos en donde depositar sueños; la fuente, un caudal inagotable, esperando ansiosa nutrirse de deseos camuflados en monedas de cobre.
Entonces todos los caminos recorridos se volvieron lejanos e inhóspitos, simplemente porque no los habían contenido a ambos, y el pasado fue tan solo un rincón remoto,casi surrealista, como parte de otra vida vivida por otras personas.
Se sintieron inmortales, ajenos a cualquier historia que no fuera la de ambos, juntos, unidos, imbatibles, compinches y compañeros, amantes, aventureros, incondicionales y, cuando al fin se concretó el abrazo, supieron cual era el espacio perfecto para contenerlos.
Luego acontecieron los besos, miles, millones de ellos; los poros sedientos de caricias ilimitadas, la pasión devoradora y desbordada. El amor en todas sus manifestaciones, desde la dulce y tierna mansedumbre al más tormentoso frenesí, desde las risas estrepitosas al llanto incontenible y emocionado.
Sucumbieron mansos y rebeldes, serenos y descontrolados, pacíficos e inquietos, inmersos en esa dualidad tan propia marcada por la intensidad de los sentimientos.
Sabían que había que vivirlo plenamente, que no habría otra oportunidad, que no se repetiría y, sin importar cual sería el plazo, se entregaron el uno al otro.
Pero ese no fue el final de la historia, tal como acontece en las novelas, ese fue tan solo un instante dentro de la eternidad de ese inmenso reloj universal, el mismo que ellos creyeron, se había detenido la noche en que se besaron por primera vez.
Se olvidaron que no eran infalibles, que nada lo es, que todo sigue su marcha, que todo se transforma constantemente, aunque las huellas puedan perdurar más allá de las personas.
El tiempo, tenaz en su paso, hizo lo suyo, ellos fueron responsables del resto.
Supieron entonces, como otra dolorosa verdad revelada, que la propia, triste e inevitable soledad iba a resumirse en la ausencia definitiva del otro.
Pero algo, además del amor, fue cierto, nunca volverán a ser los mismos.

1 comentario:

  1. realmente fue un deleite para mi alma leerte , de a poco ire conociendo tus escritos, ya q me idenfitico mucho con ellos , gracias x tanto ,,, licenciada

    ResponderEliminar

Muchas gracias por dejar tu comentario.