P R O L O G O

Quiero contarte que desde siempre me he sentido poeta, como parte de mi filosofía de vida. El mundo de las letras, es un mundo mágico que nos permite desplegar alas invisibles y emprender vuelo. A veces hacia nuestro interior, nuestro pasado o algún lugar remoto que aún no habíamos descubierto, trasponiendo enormes distancias en tan solo segundos. En ocasiones anochece siendo de día, otras, un sol inesperado nos ilumina la noche. La música, como una eterna compañera, eleva a la inspiración y las melodías junto con las palabras acarician el alma. Cuando esto sucede, solo me falta mi amado mar para que sea perfecto, contemplándolo o internándome en él logro una armonía única entre mi humanidad y la naturaleza.
Siento que la mejor mirada es aquella que se pierde en el interior de quien tenemos delante, de tal modo, que hasta olvidamos el color de sus ojos.
Por último quiero decirte que envejecer es una decisión del espíritu, por lo que resulta imprescindible no dejar morir a nuestro niño o niña interior.



18 junio 2008

¿ Y Cómo podría yo inventarte ?

¿Sabías que te espero? ¿Que siempre necesito que acudas a la cita con la inspiración?
Y no me preguntes cómo, siento que te espero desde siempre, desde el principio de los tiempos. Que si fueras real, si te concretaras algún día frente a mí podría adivinar tus reacciones, tus gestos, tus necesidades más ocultas, tus miedos, tus ausencias, tus deseos.
Ambos tenemos nuestros propios fantasmas que enfrentar, por eso elegí esta melodía en este escrito, para que nos envuelva, a mi que te hablo a través de esta carta y a quien recibe mis palabras desde no sé que remoto lugar del universo.
Mi duendecito, quisiera que en este momento, sientas que te estoy tomando muy fuerte de la mano, pues:
Quiero ser el faro que te indique en la noche cerrada de los recuerdos cual es tu verdadera orilla; quiero ser la luz lejana de una estrella que te oriente, si te sientes perdido en el torbellino de un pasado que ya no está y traerte con mi ternura hacia este presente que nos reúna, como náufragos perdidos en una tormenta que ya ha durado demasiado tiempo.
Quiero ser la calidez de un sol primaveral que te sustraiga de la frialdad de ese crudo invierno que ha imperado en tu alma hasta mi arribo; quiero ser un murmullo que te acune el alma en el silencio de tu soledad, la que ahora ya no es tal, porque la compartes conmigo.
Quiero servirte de brújula para que orientes tus pasos hacia un futuro distinto, colmado de sonrisas cómplices, de caricias sostenidas en la quietud de un anochecer.
Quiero que sigas siendo el receptor imaginario de las cartas de ésta, tu poeta, otrora dormida.
De esta poeta que ha despertado y rescata las palabras de esas páginas, que de tanto estar arrumbadas en el fondo de un cajón olvidado, se habían vuelto amarillentas, pero que hoy afloran con un caudal enorme de emoción hasta ayer contenida. Disfrazada de un apuro cotidiano y rutinario que en vano quería justificar su ausencia.
Quiero ser la pasión incontenible y enajenada que supere tus impulsos, arrojándote a la lava incandescente de un amor que colme todos tus espacios, para luego sucumbir en la dulce mansedumbre de quien lo ha dejado todo en éxtasis profundo de poseer y entregarse mutuamente.
Quiero ser el consuelo de tus penas, la contención de tus enojos, de tus broncas, el refugio en donde puedas recostar tu ser sabiéndote a salvo.
Quiero ser la que más ame de ambos, para saberme incondicionalmente tuya, para estar cuando me necesites, para mantener una apenas y aparente distancia visible cuando desees estar a solas, pero que sepas que si te concretas, que si estiras tu mano, la mía irá a su encuentro, para recomenzar tantas veces como sea necesario este incomparable camino hacia el amor.
¿Y cómo podría yo inventarte?
Es fácil, porque puedo, en la medida que existas en mí , sentirme enamorada.

Noe